- Permite estimular la presión profunda, el tacto generalizado y regular el tono muscular. Posibilita una sensación de alivio, calma y tranquilidad en el niño, de una manera diferente: a través de una propuesta lúdica.
- Proporciona información y organización propioceptiva, siendo un regulador sensorial a través de su diseño: cuerpo, brazos y piernas extensas con peso que están en contacto con la espalda, cintura escapular, pélvica y cadera.
- Favorece tener mayor registro de su propio cuerpo y del medio ambiente, invitando a la socialización a través del juego.
Vuelos crecer con autonomía
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